18 de mayo de 2010

You couldn't honestly look inside my terror

Mi luz a empezado a flaquear. El parpadeo incesante me golpea formando sombras profundas que asemejan navajas que vienen a undirse en mi pecho como velas paganas; y no hay nada que pueda arrancarlas, de modo que me las cargo, las escondo conmigo.
Solo eh bajado la vista como si hubiera hecho algo mal y doy por hecho que buscando a gatas no habra manera de rescatarla sin encontrarla pisoteada, pues no eh podido revivir esa última y pequeña llamarada que se extinguío de manera fugaz dejando una débil figura en la incandecencia que se parecía a una flor, flor en llamas parecida a ti: la última luz antes del vacío inevitable de la oscuridad que aún está por venir.
Luego no hay después, ni listas de cosas por hacer, el día se extingue a si mismo, a la hora, a las cosas llenas de belleza y Armonía que cargo en el corazón y se encontraran un final común en el dolor, la aflicción y las cenizas.
Pero yo te tengo a ti; hoy te tengo aquí cuando miro al cielo por costumbre y descubro que no hay nada que ver ahí; ¡Pero tú! Cada instante que admiro de ti, me tiene reservado un mensaje y una advertencia, una realidad, sea o no natural para mi, sea o no la última brisa de aire que mi luz se dispone a revelar.

1 comentario:

Emanuel Arredondo Gutiérrez dijo...

Bastante personal. Hay cosas indescifrables, pero eso es lo interesante.